Hablemos del GLP

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¿Qué es el GLP?

Cuando hablamos de GLP, nos referimos al gas licuado del petróleo. Este gas surge de la mezcla de gases licuados presentes en el gas natural o disueltos en el petróleo, y debe su nombre a la facilidad que tiene este gas para ser licuado.

El GLP está compuesto fundamentalmente por butano y propano, aunque la proporción de estos dos elementos varía en función de su uso. La característica que hace tan interesante a este gas es su alto poder calorífico, además de disponer de una densidad mayor que la del aire, siendo muy fácil de licuar para convertirse en un elemento líquido, lo que permite su uso como combustible para automóviles.

En un principio, se creía que estos gases derivados del petróleo carecían de utilidad, hasta que el químico estadounidense Walter Snelling demostró que podían ser licuados al aplicarles presión, siendo capaz así de transportarlos como un líquido y aprovechar sus propiedades inflamables como combustible. A lo largo de los años 30 se extendió su uso en ferrocarriles y se crearon las primeras plantas de procesado de estos elementos.

Uso del GLP en automóviles

El GLP, también conocido como autogás cuando se destina a su uso como combustible para vehículos, es el combustible alternativo más utilizado del mundo, siendo utilizado por más de 80.000 vehículos en España y más de 21 millones a nivel mundial. Aunque su uso extendido a pie de calle comenzó en vehículos destinados al transporte público como ferrocarriles y autobuses, actualmente podemos verlo en vehículos personales, ya que es posible adaptar determinados motores de gasolina para su funcionamiento con autogás.

Ventajas del GLP o autogás

El uso de GLP presenta diversas ventajas frente al uso de combustibles tradicionales. La más atractiva es su precio, que suele ser hasta un 45% inferior al de la gasolina, lo que puede suponer prácticamente el llenado de dos depósitos por el precio de uno. Los vehículos que utilizan GLP emiten hasta un 15% menos de CO2 que los que utilizan gasolina y hasta un 80% menos de óxidos de nitrógeno que un diésel, siendo mucho más amables con el medio ambiente. Además, los motores que utilizan GLP sufren un deterioro muy inferior a los de gasolina, ya que este combustible es más limpio y no deja prácticamente residuos en el mismo. Esto se puede comprobar de forma sencilla a través de la varilla del aceite, que mantiene su color original durante muchos más kilómetros.

Por contraposición, el GLP tiene menor rendimiento energético y ofrece menos potencia de combustión, por lo que el vehículo incrementa la demanda de combustible. A pesar de esto, el bajo precio del GLP hace que este ajuste compense por mucho al gasto en gasolina o diésel.

Gasolineras con GLP

En España existen más de 500 estaciones de servicio que cuentan con suministro de GLP, entre las que destacan las últimas gasolineras y estaciones del grupo GLH y Raspaoil.